la humedad y vos

grillos como piquetes porteños rompen con la paz de los suburbios, y yo me carcomo en esta noche de verano que no deja de oler a vos.
La humedad te evoca y te invoca (a estar en mis pensamientos más profundos), y me persigue como nefasta compañera en mi desesperado intento por descifrarte. Descifrar qué se esconde detrás de tus ojos, de esos agujeros negros que controlan mi existencia.
El viento sopla con dirección norte y trae consigo fragmentos de nosotros. Se posan sobre la escarcha del pasto y se mofan de mi desconsuelo: 'pobre estúpida, sigue atada a unos jazmines marchitos, a un beso entre lágrimas' afirman mientras ríen descontrolados. Miro esas imágenes desperdigadas por mi jardín y nos veo conectados en todas ellas. Te observo y te noto enamorado, te siento conmigo. Qué pasó que ya no estás más acá? Por qué sólo puedo percibir ese amor en fugaces instantes? Por qué esas miradas de adoración se esfumaron? Y antes de que termine de formular todas mis dudas, esos recuerdos empiezan a levantar vuelo y yo quiero alcanzarlos. Detenerlos, guardalos un segundo más conmigo, AGARRARLOS, SUJETARLOS, PARARLOS!. 'NO SE VAYAN!' les imploro.. Pero para ese momento ya se me escurrieron de las manos..

Y qué queda de este día? Un mar de lágrimas interrumpido por los grillos, mi corazón al aire y, por sobre todo, la humedad de la noche.

negación

ayer sentí que volviste a enamorarte,
hoy siento que ya te perdí

los perfumes flotaban en el aire de la noche

buscaba ante todo un regazo consolador, infinito e inmenso, que la salvase de la endiablada relatividad del mundo que acababa de descubrir.

my birkin bag

-te amo
-yo tampoco

a años luz de distancia, estos mundos eclosionan y se destruyen.
se enfrentan y se alejan.
se entrañan y separan.
no hay fuerza que resista tu agujero negro.

Casi nada

lánguida,
azul,
austera,
omnubilada

te encuentro completamente acallada

petrificada,
desmitificada,
ya casi sos nada.

Toda una vida de tí

Te perdiste en tus cuentos,

acobardada entre discusiones políticas te ausentaste;

te habrás dejado olvidada en alguna marcha

(o quizás te olvidaron concluyendo sin tí tu propio libro)

pero todavía hay ecos de tus palabras

(allí por Libertad, donde las paredes nunca callan)



Te estás alejando..

te estás alejando?

Puede que nunca hayas estado tan cerca..

puede que te haya inventado creyendo así en tí



Puede que en otra vida te encuentre en salas de redacción,

ahogandote en puros para sobrevivir

Mas hoy sólo te encuentro transitando,

flotando sin decir nada

pero teniendo mucho que decir.



(estás en calma, como si al fin encontrases tu paz)

Violento.

Mis caderas, acantilados penetrantes
curvas donde rompen las olas de tu cuerpo.
Piel reseca de sal marina
Se desliza rasgando tus muslos,
(ahogándote una y mil veces)

Impenetrables estos rizos de cristal
Se transforman en hiedras que aprisionan tu boca,
te quitan el aire de tus besos.

Agudas las articulaciones de mi cuerpo,
te seducen las sombras
(aquellas de la pared reflejadas en mi pecho)
Y mis manos se atan a vos
Invocándote que me tomes
(no te acusaré de lo que has hecho)

Ya lo sabés,
yo te prefiero violento.

Sócrates, dónde estás?

S.,
Hoy me desperté y no supe cómo empezar. Costaba levantarme de la cama, desvestirme, lavarme. No sabía qué hacer con el tiempo - ni el tiempo qué hacer conmigo-, pero sentía que había tanto por descubrir, tantos vacíos por llenar.
Trabajé duro, leí el diario, fuí a la farmacia. Quería sentir el aire de libertad mas hoy el aire se mantuvo tan pesado, casi no me dejaba hacer nada.
Sé que hay mucho por volcar, así que mejor me pongo manos a la obra.
Tengo una profunda sensación de decepción. La impotencia es tan inmensa al ver cómo ese futuro soñado está en nuestras manos y es tan difícil controlarlo (y más cambiarlo). Veo en el futuro una tierra sin intelectuales, sin dirigencia honesta. Veo un país vendido por el pasado y endeudado con su población. Veo la deuda educacional, siento la deuda ética, veo que para la población ya no tiene sentido invertir fuerzas en cambiar una nación.
Defino la sensación para con el país como de amor-odio. Amor por nuestra tierra y tradición, odio por la realidad inquebrantable que se nos presenta. Amor por nuestro castellano desvirtuado y odio por el colonialismo persistente. Ya no se puede pensar en la Argentina sin ésta manera dual de sentirse.
Y en el fondo, siempre como remanente, está esa profunda tristeza.. Ese corto pero fuerte recuerdo de nuestra prestigiada educación, de nuestro desarrollo industrial, de nuestro campo como columna vertebral de nuestra economía y tradición, de la exportación de cultura hacia toda latinoamérica, y tantas cosas más. Está ahí, en un huequito pequeño de nuestra idea de país aquella grandeza brutalmente destruida.
Queda siempre en nosotros la duda: podremos volver a ser eso? Podremos volver y ser más? El mejor trabajo que han hecho nuestros gobernantes -electos por voluntad popular o no- fue destruir esa fe en que la política está y existe por algo. Que no es sólo un instrumento de poder, que es una herramienta para discernir y persuadir, para unir y trabajar. Han logrado hacernos creer que la moral y la política nunca estarán del mismo bando, que no vale la pena meterse porque 'el sistema te va a ensuciar'.
Son fábrica de indigentes, son productores de masas no pensantes, de generaciones apolíticas y no sólo son negligentes en su mandato sino que se esfuerzan por extender las consecuencias de su negligencia hacia el futuro, nuestro futuro. Me cuesta tanto imaginar qué será de nosotros, mas no porque nuestro futuro sea obtuso, sino por el gusto amargo que me deja en el fondo de la garganta. El 49.5% de los chicos menores de 14 años son pobres, y el 20.5% es indigente, el 39% de los chicos no tienen previsto terminar el polimodal. Son ellos los que manejarán el futuro..manejarán el futuro? Tendrán en sus manos herramientas que les permitan crecer y mejorar? Trabajarán no sólo para sobrevivir sino para enriquecer la comunidad? Qué feas son las cifras, y qué feo es ni siquiera poder creer las cifras oficiales. Qué triste es que el instituto encargado de esto actúe como máquina ilusoria de nuestro gobierno.
Realmente, de ésta forma, en qué puede creer uno? Ya a mucha gente le quitaron la fuerza de creer; yo no quiero resignar mis utopías ni sentir que me han vencido, que han logrado adoctrinarme en este modelo populista en el cual los intereses de la población no son representados. Quiero creer que el deber y el ser no necesariamente se oponen, que los canales de participación no están completamente cerrados, que aquellos jóvenes todavía pueden tener puertas para entrar al futuro, que se despierte a la sociedad "como el tábano que se posa sobre el caballo, remolón, pero noble y fuerte, que necesita un aguijón para arrearle" y que una nación más justa pueda ser construida.
Yo, elijo creer.